Mi experiencia con el caso de Claudia Vera
Identifican a los responsables del asesinato y se vislumbra una pequeña luz al final del túnel
Quienes sobrevivimos somos la voz de quienes ya no están. Porque cuando una activista muere, ¡nunca muere!
El 31 de marzo de 2019, Día Internacional de la Visibilidad Trans, Claudia Franchesca fue asesinada a balazos, me enteré viendo las noticias del domingo por la mañana. Indignada por el titular de la nota “ASESINAN A SUJETO DE UN BALAZO EN LA CABEZA EN INDEPENDENCIA”, le escribí una CARTA ABIERTA al reportero que cubrió la nota, posteriormente hablé con él, reconoció su error y dijo que se iba a reeducar sobre el tema. Como periodista sentí que ese era mi aporte con el caso, pero no me imaginé lo que vendría.

ASÍ INFORMÓ EL COMERCIO SU ASESINATO.
Ese día, compañeras y compañeros trans fuimos hasta el lugar donde murió Claudia, esa vereda aún seguía manchada con su sangre, prendimos velas, quienes la conocieron bien le dedicaron algunas palabras y todos ahí presentes recordamos lo vulnerables que somos, solo por ser quienes somos.
Un grupo fuimos al velorio de Claudia en su casa en Carabayllo. Al pertenecer al Proyecto Unicxs de la Universidad Cayetano Heredia, puse a disposición de la familia el servicio de asesoría legal que brindamos, les expliqué qué podíamos hacer y les dejé mi número. Al enterarse del asesinato, una abogada del CEM de la zona también ofreció llevar el caso, la familia optó por tomar su ayuda.
Aproximadamente un mes después me llamó Lili, hermana de Claudia a quien le había dado mi contacto, y me preguntó si aún estaba en pie la ayuda ofrecida y le dije que sí. Hicimos las gestiones del caso, llegamos hasta el director de Defensa Pública de Lima Norte, quien se comprometió a tomar el caso y empezamos las diligencias, Lili, la compañera Sandy Ruíz y yo.Hablábamos a diario con Lili y estábamos al tanto del caso. Uno de esos días me indicó que la abogada de Defensa Pública estaba cumpliendo con el caso, lo mismo el fiscal asignado pero que la tercera autoridad involucrada estaba retrasando la investigación, se trataba del policía designado.
El fiscal necesitaba pruebas, el policía no pedía las imágenes del hotel y no acudía a las citaciones del representante del Ministerio Público, incluso le insinuó que era ella quien debía llevar los medios probatorios –el video del hotel, identificar a los testigos y obtener los testimonios–. Desesperada por hallar justicia, Lili fue en busca de pruebas.

Familia de claudia. foto: el comercio.
Exponiéndose, de noche y madrugada, ella hacia lo que estaba a su alcance para que la muerte de su hermana no quede impune. Al enterarme de la mala disposición del policía, le comenté a Lili que, además de la investigación por el asesinato de Claudia, podíamos iniciar una demanda por omisión de funciones, pero no se dio.
Eventualmente, Lili dejó de contestarme y la entendí perfectamente. Imagino que cayó en cuenta que en nuestro país no siempre se hace justicia y que su caso probablemente era uno más de aquellos donde no atrapan a los culpables. Y como tantas veces he visto que ha pasado cuando se trata de víctimas trans, yo también pensé lo mismo.
Pero hoy se vislumbra una pequeña luz al final del túnel. De acuerdo a Wayka.pe “la madrugada del sábado 10 de octubre, la PNP capturó en su domicilio del Callao a Jazmín Corbetto Ruiz, una de las presuntas responsables del asesinato de la activista trans Claudia Vera. Su hermano y cómplice del delito Luis Enrique Corbetto Ruiz está prófugo pese a que anteriormente el Poder Judicial le dictó libertad bajo comparecencia restringida por otra denuncia”.

EL PRESUNTO ASESINO. Foto: archivo diario extra.
De ser cierto, esperemos que se haga justicia de una vez, por la memoria de Claudia y quienes lamentan hasta el día de hoy su partida. Quienes sobrevivimos somos la voz de quienes ya no están.
Porque cuando una activista muere, ¡nunca muere!
Hermoso video que le hicieron sus amigues y compañeres de "Jóvenes cambiando Vihdas", a un año de su partida.