Ya tengo mi nuevo DNI y la emoción me embarga. Estoy feliz y aunque ahora vienen otros obstáculos que superar, nada puede empañar esto tan bonito que siento. Pero además, siento que es importante contarles el proceso.

En setiembre de 2018, con mis compañeros del Proyecto Unicxs y el Observatorio de DDHH LGBT de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, estuve en la Comisión Nacional Contra la Discriminación del Ministerio de Justicia frente a la procuradora pública del Registro Nacional de Identificacion y Estado Civil (RENIEC) para cuestionar el por qué ellos apelan las sentencias favorables del Poder Judicial.

¡Así es! Luego que los jueces emiten sentencias a favor de la rectificación de datos en los DNI de personas trans, RENIEC apela las sentencias, procurando al Estado peruano, y siempre me preguntaba en qué le afecta al Estado en que yo me llame Gianna, Leyla, Sandy, etc. ¿En qué?

Recuerdo que la procuradora se mostró sorprendida cuando le mostramos los textos de las apelaciones, por ejemplo, para ellos la cirugía de reasignación genital era una "mutilación". El asesor que la acompañaba era el encargado de dar esas respuestas, ese sujeto fue incapaz de mirarme, nunca me saludó y cuando yo hablaba, parecía que le hubieran puesto una bolsa de basura al lado, su expresión corporal así lo delataba. La indignación que sentí por funcionarios públicos como él hizo que me propusiera a invertir energía en conseguir el reconocimiento a mi identidad.

Tras esa sesión de la CONACOD, el MINJUS emitió un Informe donde concluyeron que debemos tener un DNI que nos represente. Y RENIEC se comprometió a no apelar las sentencias de cambio de nombre pero sí los de cambio de sexo.

Todos estos años aguantando las miradas de cada personal del banco o instituciones a las que les mostraba mi DNI. Me acusaron de querer suplantar a alguien para cobrar un dinero, etc. Y ahora con la pandemia todas las veces que tuve que mostrarlo, acompañado de mi tarjeta de vacunación.

Debo ser sincera y contar que pude haber cambiado mi DNI hace mucho. Se me acercaron abogados y estudios ofreciéndome llevar mi caso, pero yo no quería ese privilegio, yo quería que el Estado me lo dé porque me corresponde, sin embargo, la pandemia me hizo cambiar de opinión. Empezó a darme vueltas la idea de irme de esta vida con un nombre que no visibilizara la mujer que en vida fui... así, conversando con Leyla Huerta, activista y compañera de lucha trans, me motivó a dar el gran paso y lo mejor, hice el proceso legal con un abogado ¡100 puntos! El Dr. Fhran Medina.

En julio del año pasado, como regalo de cumpleaños, tuve mi audiencia, donde participó mi buen amigo Bruno Montenegro, quien tuvo la misión de testificar a mi favor y por lo cual le estaré eternamente agradecida 💞. Luego, me tocó a mí, y tras escucharme, la jueza no demoró mucho en concederme la rectificación de mis prenombres que es lo que pedí.

Desde que fui a RENIEC con mi sentencia judicial para iniciar los trámites del cambio de prenombres, no pude estar tranquila. Pensaba "ahorita me dicen que no procede" o algo similar, ya sabía que no pero ese miedo siempre estuvo ahí. Finalmente nada pasó y ya tengo mi DNI como Gianna Gracielly, el cambio de sexo es otro juicio que debo entablar.

No esperé ni un minuto y fui a SUNAT, al banco y a Claro Perú, el único lugar donde me sentí incómoda... es que al entrar y pedir el turno de atención pusieron en la pantalla mi nombre anterior y solo la inicial de mi apellido, la verdad que debería ser al revés. Ahora me van a llamar por mi nombre, pensé, y asumí que sería la última vez que tendría que aguantar ese tipo de momentos, felizmente el chico que me atendió me llamó por mi apellido, como debería de ser, siempre en todo lugar llamar por los apellidos y evitar situaciones incómodas y de violencia para personas trans.

Bueno, ahora me toca cambiar mi título, certificados de estudios y de trabajo. Por eso no había podido estudiar nada porque eran más cambios que eventualmente tendría que hacer (ahora así a juntar para una maestría) 😍

Nuevamente gracias al Dr. Fhran Medina por su empatía y por acompañarme en esta travesía, también a mi familia por su apoyo incondicional... Sé que aún falta mucho para gozar de una ciudadanía plena, pero para allá vamos.